Recocido
Cuando se recoce el acero, el material se calienta a una temperatura predeterminada por el tipo de acero utilizado. Una vez calentado, el material se enfría en una atmósfera acondicionada, como el horno que lo calienta.
Este proceso de tratamiento térmico altera la microestructura del material para alterar sus propiedades mecánicas o eléctricas. Por lo general, en el acero, el recocido se usa para reducir la dureza, aumentar la ductilidad y ayudar a aliviar las tensiones internas.
Los beneficios del recocido
Recocer acero o cualquier otro metal implica calentarlo a una temperatura específica y dejar que se enfríe a una velocidad específica. Al hacerlo, se eliminan las impurezas de los granos, lo que aumenta la ductilidad del metal y reduce su dureza.
El recocido restaurará la ductilidad después del trabajo en frío, lo que permitirá trabajar más sin agrietarse. El recocido también se puede utilizar para aliviar la tensión mecánica causada por el rectificado, el mecanizado, etc., evitando así la deformación durante las operaciones posteriores de tratamiento térmico a alta temperatura. En algunos casos, el recocido se utiliza para mejorar las propiedades eléctricas.
Proceso de recocido
Una pieza de metal consta de una red de estructuras cristalinas llamadas granos y, a veces, los granos están dispuestos de tal manera que provocan una tensión adicional en toda la lámina de metal. En la primera etapa de recocido de un acero u otro metal, llamada recuperación, el metal se calienta hasta un punto en el que estas tensiones internas pueden disiparse.
Calentar más el metal a una temperatura justo por debajo de su punto de fusión puede formar nuevos granos sin la tensión preexistente de los granos viejos. La formación de este nuevo grano se llama recristalización. Para controlar el crecimiento de estos nuevos granos, deje que el metal se enfríe a un ritmo específico, lo que llamamos la fase de crecimiento del grano.
La finalización de todo este proceso da como resultado un metal con excelente ductilidad y dureza reducida. ¿Por qué a veces es mejor usar un metal de menor dureza? Si una pieza de metal es demasiado dura, se vuelve quebradiza. Los metales más duraderos son muy dúctiles, lo que significa que pueden doblarse y absorber impactos sin romperse. Recocer el metal es una forma de lograr el equilibrio ideal entre dureza y ductilidad.
Aplicaciones y Materiales
Una de las principales aplicaciones del recocido es el efecto de endurecimiento por trabajo torsional. Durante la formación en frío, estiramiento, doblado, etc., el material se endurece hasta el punto en que no se puede procesar más o se agrieta. La operación de recocido en esta etapa hará que el material sea más dúctil, lo que permitirá una mayor conformación. De manera similar, el recocido se usa para aliviar las tensiones internas que surgen cuando la soldadura se solidifica.
Usos industriales de los metales recocidos
metal recocido
Muchos procesos industriales comunes hoy en día requieren o son mejorados por el uso de acero recocido y metales recocidos. Por ejemplo, para reducir la tensión residual de la soldadura, la estructura soldada suele recocerse.
El recocido también fortalece los metales que han sido sobrecalentados por el mecanizado de alta resistencia. Cuando se adelgaza el alambre, se crea tensión en el grano, por lo que el alambre nuevo generalmente se recoce. Además, el proceso de fabricación de láminas de metal produce piezas que son demasiado rígidas, por lo que las láminas a menudo se recocen para restaurar su durabilidad.
¿Qué es la normalización?
A diferencia del recocido de metales, el normalizado se realiza para aumentar la dureza. Esto se logra calentando el material por encima del rango austenítico y luego dejándolo enfriar al aire, que se enfría rápidamente. Este proceso también da como resultado una ductilidad reducida.
Otros procesos
Además del recocido y normalizado, el acero y otros metales tienen al menos otros dos tratamientos convencionales: templado y templado. Cada opción es popular entre muchas empresas de fabricación y producción. Sin embargo, el uso de cada uno tiene propósitos específicos, ventajas y desventajas, al igual que el recocido y la normalización.
Templado
El templado, como el recocido, se utiliza para aumentar la ductilidad y la suavidad del material. Sin embargo, este método de tratamiento pone más énfasis en mejorar el magnetismo y la maquinabilidad del acero.
Temple
El enfriamiento es similar al revenido y aumenta la maquinabilidad y las propiedades magnéticas. Sin embargo, el objetivo de este tratamiento es aumentar la dureza del material, al igual que la normalización. A diferencia del normalizado, donde el metal se enfría al aire, el templado utiliza un medio líquido para enfriar rápidamente el acero. A través de este proceso, el grano del acero se vuelve más fino porque no se le permite crecer después de la nucleación.